Por: Florence Williams*
La naturaleza puede ser una de nuestras mejores posibilidades para construir y mantener la civilización
La semana pasada, intenté pensar en maneras de celebrar mi cumpleaños. En aquello que ahora ya parece otra realidad, había hecho planes para ir a alguno de los restaurantes favoritos con mis hijos adolescentes, sin embargo descartamos esa idea. En cambio, cocinaron una comida de un sazón sorprendente. (Estoy segura que me apoyaré en sus nuevas habilidades durante las próximas semanas).
Un plan con el que todavía sigo en pie fue el de mi caminata de los lunes por la mañana con algunos amigos en el Canal C&O, una unidad del Servicio de Parques Nacionales que se encuentra cerca del río Potomac en Washington, D.C. Volvimos este momento un poco más especial al agregar un desayuno de picnic. "No habrá regalos", les dije en mi correo electrónico. “No habrán abrazos. No compartiremos comida ". Cada uno de nosotros trajo sus propios termos de café y sus propios bocadillos. Aunque esto se sentía un poco incómodo, logramos caminar y sentarnos a seis pies de distancia de cada uno, y encontramos muchas cosas por las cuales sentirnos conmovidos y reír, incluidos los buitres que parecían estar esperándonos.
Estar afuera, en la naturaleza, parecería ser uno de los últimos lugares seguros donde aún podemos estar juntos en una manera relajada. Y así, teneniendo en cuenta que debemos pararnos, caminar o correr seis pies de distancia de los demás, todos estamos aprendiendo a practicar lo que algunas personas prefieren llamar distanciamiento físico en lugar de distanciamiento social. Muchos expertos coinciden en que estar en espacios al aire libre en la naturaleza es una de las mejores formas de aliviar la ansiedad y fortalecer nuestro sistema inmunológico. No se equivoque: además de enfrentar un virus peligroso, nuestra nación también se enfrenta a una crisis de salud mental ocasionada por el estrés, la ansiedad y el aislamiento social.
Para mejorar la salud física y mental de sus pacientes, la Dra. Suzanne Bartlett Hackenmiller ha prescrito tiempo en la naturaleza durante los últimos cuatro años. Ahora, ella expresa, es más importante que nunca. Hackenmiller, una gineco-obstetra y practicante de medicina funcional en el Centro Médico Van Diest que se encuentra cerca de Des Moines, Iowa, le dice a sus pacientes que la absorción de vitamina D obtenida a partir de la luz solar fortalece su sistema inmunológico, y ella hace referencia a estudio estudios que sugieren que las personas que visitan espacios verdes con árboles experimentan un estímulo en las células inmunitarias, específicamente las células T citotóxicas y las proteínas y proteasas que las ayudan a atacar las bacterias y los virus.
"Ahora es el momento de sostener un árbol y esperar ", ella comenta.
¿Cuál sería una posible razón? Las plantas emiten grandes cantidades de compuestos llamados fitoncidas que las protegen de los invasores moleculares, y tal vez, como lo han sugerido algunos investigadores, los humanos también se benefician al inhalar estos aerosoles. Ahora es el momento, dice ella, "de agarrar un árbol y esperar".
Otros estudios muestran tan solo pasar 15 ó 20 minutos en la naturaleza mejora nuestro estado de ánimo, calma nuestros nervios y disminuye nuestra presión arterial. Escuchar el canto de los pájaros, observar las nubes y sintonizar los fenómenos naturales puede ayudarnos a distraernos de la preocupación a través de la "fascinación suave". La idea es que estos elementos de la naturaleza puedan atraer de manera fácil nuestro interés lo suficientemente como para evitar que nos obsesionemos con nuestras listas de tareas pendientes o comencemos a rumiar sobre nuestros problemas.
En 2019, un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter sugirió que las personas que pasan dos horas a la semana en espacios verdes son significativamente más saludables mental y físicamente, que las personas que pasan menos tiempo al aire libre, incluso si tienen que ajustar los ingresos y la actividad física.
Lo que quizá resulte aún más pertinente para estos tiempos difíciles, es ver la belleza y encontrar asombro en la naturaleza, lo que parece hacernos comportar en un sentido más comunitario y nos permite sentir más conectados entre nosotros. Los espacios públicos también son un recordatorio de que todavía somos parte de un colectivo cívico en un momento en el que mantener este sentido de comunidad nos proporcionará a todos las mejores probabilidades. Como dijo el diseñador del parque Frederick Law Olmsted en 1870, visitar estos espacios es fundamental para la democracia, así como para "nuestra capacidad de mantener un estado mental estable, de buen carácter y saludable".
Mediante el reconocimiento de nuestro impulso humano de buscar la naturaleza en tiempos de crisis, el Servicio de Parques Nacionales ha eliminado las tarifas de entrada incluso al cerrar algunos parques emblemáticos y todas las instalaciones que se encuentra al interior de estos. De esta manera se alienta a los visitantes a aventurarse cerca de casa, reunirse en pequeños grupos y llevarse consigo toda su basura. La agencia federal y muchas autoridades de parques de la ciudad en todo el país esperan mantener los parques abiertos todo el tiempo que puedan, aunque la situación cambia diariamente.
"No solo está bien, sino que debemos alentar a las personas a salir siempre que se mantengan a seis pies de distancia".
"Necesitamos quedarnos en espacios al aire libre tanto como nos sea posible en este momento", dice el Dr. David Sabgir, director médico de rehabilitación cardíaca del Sistema de Salud Mount Carmel en Columbus, Ohio, y el fundador del programa nacional Walk With a Doc (Camina con un Doctor). "No solo está bien, sino que debemos alentar a las personas a salir siempre que se mantengan a seis pies de distancia".
Este también es un buen momento para cultivar sus habilidades naturalistas o las de sus hijos. La aplicación iNaturalist, una iniciativa conjunta de la Academia de Ciencias de California y la National Geographic Society, además de ayudarlo a identificar plantas y animales, también le permite registrar sus hallazgos en el Centro de Información Global sobre Biodiversidad, otra forma de reforzar nuestro esfuerzo colectivo.
Si no puede pasar tiempo en un parque, existen otras maneras que se derivan de la evidencia para beneficiarse de los árboles, la luz solar y una brisa saludable. Un importante estudio de 1984 mostró que los pacientes que habían tenido alguna cirugía se recuperaron más rápido y solicitaron menos medicamentos para el dolor si sus habitaciones de hospital tenían una vista hacia una vegetación natural.
Si trabaja desde su casa, coloque su escritorio o silla cerca de una ventana. Mire a un árbol de afuera a menudo, si es que tiene uno a la vista. Reproduzca grabaciones de cantos de pájaros, lluvia o corrientes que fluyan como un antídoto a las noticias. Considere hacerse una costumbre habitual ver la puesta de sol desde su techo o calle, o simplemente mire las nubes como un recordatorio de que todos vivimos bajo el mismo cielo.
Resulta pues, que la naturaleza puede ser una de nuestras mejores posibilidades para construir y mantener la civilización.
*Periodista / podcaster / autora de The Nature Fix: Por qué la naturaleza nos hace más felices, más saludables y más creativos. www.florencewilliams.com Instagram @ Florence999